Sinovial
La cirugía más comúnmente utilizada es la “artroscopia”, que es un procedimiento de corta estancia y mínimo invasivo, en donde se utilizan instrumentos manuales, motorizados y/o eléctricos (laser, radiofrecuencia) que ayudan a modificar la superficie del cartílago y suavizarla, dándole estabilidad al cartílago sano para que continúe su crecimiento.

La inflamación de la membrana sinovial (sinovitis) tiene diversos orígenes. Un mal funcionamiento de esta membrana ocasiona trastornos de nutrición, lubricación y protección de las estructuras dentro de la articulación, afectando de forma progresiva a estos elementos y favoreciendo la destrucción articular precoz.

Debido a esto, el tratamiento temprano de la inflamación articular evita el crecimiento intenso de la membrana, limitando el daño subsecuente. Los antiinflamatorios específicos y medidas generales como reposo, hielo, calor o contrastes disminuyen la reacción sinovial y limitan la enfermedad.

En algunos casos, la inflamación crónica que no responde al tratamiento antiinflamatorio, agrediendo intensamente a la articulación, debe ser tratado quirúrgicamente, quitando parte de la membrana sinovial y evitando su crecimiento acelerado cauterizando su origen. Enfermedades como la artritis reumatoide, gota, sinovitis vello nodular, etc. pueden ser tratadas en cuanto se diagnostican mediante cirugía. Esto se puede realizar con cirugía mínima invasiva como la artroscopia.
