El procedimiento de reemplazo articular de la rodilla tiene indicación cuando el tratamiento conservador y aún cuando el tratamiento quirúrgico previo no ha dado resultado y la articulación tiene destrucción intensa, limitando el movimiento, la marcha y las actividades cotidianas.

Esta destrucción articular se llama gonartrosis y puede tener diversos grados de deformidad y destrucción.

Generalmente la exploración física y los estudios básicos de rayos X son suficientes para diagnosticar el grado de artrosis, pero se requieren estudios del eje de cadera a tobillo para la adecuada planeación del procedimiento protésico.

El paciente se somete a estudios preoperatorios de sangre, orina, electrocardiograma, y valoración de riesgo cardiovascular como parte del protocolo quirúrgico.

Una vez realizado el procedimiento y mediantes un programa de rehabilitación temprana, el paciente es capaz de realizar sus actividades habituales en un tiempo relativamente corto, mejorando significativamente su calidad de vida.

Con la prótesis no solamente mejora la movilidad y la marcha natural, sino la alineación total de la extremidad, haciendo optimo el uso del implante.

Actualmente las prótesis de rodilla las colocamos con una superior a la convencional, llamada navegación, que es cirugía asistida por computadora. Esta tecnología nos permite mayor precisión en la colocación de los implantes, estabilidad de ligamentos y partes blandas y alineación del segmento, lo que disminuye el desgaste, la posiblidad de aflojamiento o rechazo y mejora la función.