Información al paciente

La artroscopia es un procedimiento mínimo invasivo que se hace en las articulaciones mediante una lente muy delgada. La lente está conectada a una cámara y esta a una pantalla, por la cual podemos ver toda la articulación por dentro, sin tener que hacer grandes heridas.
La artroscopia puede servir como diagnóstico, para determinar el tipo, extensión y configuración de las lesiones de las articulaciones, pero su mayor función es terapéutica, ya que con este procedimiento se pueden tratar diversos tipos de lesiones y enfermedades articulares, como las de meniscos, ligamentos, cartílago, sinovia, etc.
Una prótesis es el sustituto artificial de un segmento del cuerpo. En el caso de rodilla y hombro, las prótesis o endoprótesis, sustituyen la superficie articular, es decir, en donde se produce el movimiento, con lo que se logra restablecer la función de movilidad y carga de la extremidad.
Los meniscos (dos en cada rodilla) son “cuñas” que hacen congruente la superficie esférica del fémur con la plana de la tibia, ampliando su área de contacto y carga. Hay que imaginar que en una mesa se tenga una pelota de playa, para “estabilizarla” pondríamos una toalla alrededor, esa es la función del menisco. Es tejido de cartílago especializado, muy resistente y elástico.
Aún cuando son muy resistentes, móviles y elásticos, si son sometidos a cargas intensas súbitas o repetidas, los meniscos pueden dañarse. El ejemplo frecuente es el del futbolista que se lesiona al cambiar de dirección, rotando la rodilla con el pie fijo. También puede dañarse lentamente, como en las enfermedades inflamatorias crónicas o en los problemas de mala alineación de las piernas.
La artrosis es la afectación crónica de la articulación que produce desgaste del cartílago, que es en donde se realiza el movimiento, por lo que ocasiona roce de hueso con hueso. Esto desarrolla cambios inflamatorios y reacción del todos los componentes de la articulación, por lo que “envejece” de forma acelerada si no se detiene a tiempo. Algunas enfermedades como la osteoartritis, artritis reumatoide, etc. ocasionan artrosis, pero también las lesiones traumáticas crónicas de meniscos, cartílago o ligamentos.
El injerto es un tejido que sustituye al tejido original. Puede ser del mismo paciente o tomado de un donador. Lo utilizamos frecuentemente en la reparación de ligamento cruzado anterior y de otros ligamentos, en la reparación de lesiones de hueso y cartílago, para rellenar defectos o faltantes de hueso, etc. El injerto se integra al cuerpo como tejido propio poco a poco.
La bursa es un tejido especializado que evita la fricción directa entre dos sitios de movimiento, por ejemplo, entre el hueso superior del hombro (acromion) y el tendón de los rotadores (mango rotador). La inflamación de la bursa se llama bursitis y provoca dolor, limitación del movimiento y para hacer algunas actividades cotidianas.
Es un procedimiento mínimo invasivo, que se hace en el consultorio mediante anestesia local y sirve para hacer diagnóstico al momento, introduciendo una lente de menos de 2mm de diámetro en la articulación, para ver junto con el paciente, las lesiones de hombro o rodilla. Este estudio puede sustituir la resonancia magnética y hacer un diagnóstico de precisión, con lo que se puede dar o indicar el tratamiento específico en ese instante al paciente.
Debido a su gran movilidad, el hombro necesita un mecanismo complejo de estabilizadores, que permiten el movimiento pero hasta cierto límite. Cuando se produce un traumatismo que daña los ligamentos o el rodete que contiene la articulación, se produce inestabilidad que puede ocasional la luxación, que es la salida del hueso de su área normal de movimiento. También, en personas con mucha elasticidad patológica de las articulaciones, se puede luxar la articulación aún sin movimientos intensos o traumatismos.
En el hombro, el mango o manguito de los rotadores, es un conjunto de músculos y tendones que envuelven a la cabeza del húmero y que se encargan del movimiento conjugado del hombro, en especial de la rotación de este. Lo forman cuatro músculos: supraespinoso, infraespinoso, redondo menor y subescapular., de estos, el que se lesiona con mayor frecuencia es el primero.
En la rodilla, en las partes laterales existen los ligamentos colaterales, medial y lateral y en el centro de la articulación, los ligamentos cruzados, anterior y posterior. Estos ligamentos forman en soporte principal de la estabilidad de la rodilla, permitiendo el movimiento congruente de la articulación durante la marcha e incluso en actividades de carga como correr, saltar, subir escaleras, etc.
Existen diversos tipos de lesión de los ligamentos cruzados. En general, las lesiones pueden ser parciales o totales. En las lesiones parciales mínimas, cuando el grueso de las fibras que componen el ligamento están intactas, la cicatrización ocurre sin dejar consecuencias como inestabilidad. Cuando la lesión aún parcial es extensa y provoca inestabilidad de la articulación, la cicatrización ocurre, pero dejando consecuencias que pueden dañar la integridad de la articulación, por lo que en las lesiones parciales y totales de ligamento cruzado, se recomienda repararlo quirúrgicamente.
La condromalacia es una enfermedad del cartílago articular, el cual pierde sus características de firmeza, elasticidad y resistencia, lo que provoca pérdida de su espesor de forma progresiva y finalmente deja descubierto el hueso a quien debería proteger. Tiene diversas fases, desde la mas leve, en donde hay edema (aumento del líquido fuera de las células), moderada, en donde se presentan fisuras y deshilachamiento de la superficie normalmente lisa del cartílago y finalmente, desprendimiento de fragmentos de cartílago hasta descubrir al hueso. El origen es diverso, pudiendo ser mecánico, por mala alineación falta o exceso de uso, nutricional o por enfermedades como osteoartritis, artritis reumatoide, lupus, etc.